VER A JESUS(=VER AL PADRE)


Jn 5, 31-47.
Es importante ir al núcleo de las razones que nos da el evangelista Juan en el texto de hoy para no perdernos entre tantas razones. Y el fondo de toda la argumentación es que al autor del evangelio como a Jesús- le preocupaba sobre todo que sea conocida su profunda personalidad. Y el conocimiento de la verdad en historia como es la persona y vida de Jesus solo es posible por la verdad de los testimonios sobre El . Y por eso Jesus va aquí nombrando los testimonios que le avalan como enviado del Padre y que le igualan en dignidad a El para que así sea aceptado con la más firme adhesión de fe . Si llegamos al descubrimiento de quién es Jesús
(al que sólo llega el discípulo si el Padre lo atrae a la fe) entonces se cumple en nosotros lo que Jesus dijo a Felipe : “el que me ve a mi ve al Padre porque el Padre y yo somos una sóla cosa”(Jn 14,27). entonces podremos entender con la lógica de la fe las pruebas o testimonios (no demostraciones porque no estamos ante ciencia de la materia) sobre Jesus:

a) el testimonio de Juan el Bautista que dirá de Jesús que “es el que viene a quitar el pecado del mundo”. b)El testimonio de las obras de Jesus no comparables con toda la tradición anterior.
c)El testimonio del propio Padre que en el Bautismo le presenta como su Hijo amado, y nos invita a que lo escuchemos..
d) y sobre todo la Resurreccion de Jesús como hecho ocurrido y atestiguado por cuantos se encontraron con el Resucitado y fundamento firme de la fe . Y todo con un fin: que los creyentes lleguemos a la confesión de fe que nos salva .
El papa Francisco nos invita a profundizar en la enseñanza de la Tradicion y la Biblia: meditar nuestra fe común con quienes la viven de verdad nos descubre el rostro del Jesus que nuestros antepasados ya le descubrieron y acuñaron en el credo como “Luz de Luz, Dios verdadero de Dios verdadero. Engengrado, no creado, de la misma naturaleza del Padre por quien todo fue hecho”.
Y un canto apropiado: “Tu eres el Dios que nos salva, la luz que nos ilumina, la mano que nos sostiene y el techo que nos cobija”

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