Hoy lunes despues del 2° Domingo de Pascua celebramos en toda Valencia nuestro Santo mas universal. San Vicente Ferrer , fraile de la O.P. (Orden de Predicadores de Santo Domingo) (Valencia, 23 de enero de 1350 – Vannes, 5 de abril de 1419), taumaturgo, predicador, lógico y filósofo. Como escritor forma parte del Siglo de Oro Valenciano. Sus viajes de predicación le granjearon el aprecio de la población de distintas regiones de Europa. Después de su canonización, en 1455, se convirtió en el santo patrón principal de la ciudad y reino de Valencia: en su conmemoración se levantan, en las calles de Valencia, escenarios llamados “altares” donde los niños representan escenas de su vida y milagros.
Y de su mensaje como predicador destacaríamos hoy la claridad de sus ideas y su llamado a la conversion viviendo una vida cristiana según Dios. Puede servirnos como aclaracion la leyenda que vuela sobre su cabeza “timete Deum (= Temed a Dios). Este expresion juzgamos que a menudo se malentiende porque no significa que le tengamos panico a Dios porque puede castigarnos con las penas del infierno. Sabemos, de hecho que Jesus ejercio en su vida una paciencia infinita con Pedro que le nego 3 veces, y con Santiago y Juan que tenian ambiciones de poder no tan santas….y a ellos el Señor les fue guiando hacia valores mas cristianos (=aquellos cuyo referente o principio de aclaracion es Cristo).
Es importante señalar esto hoy porque todo el mundo habla de valores como “juegos florales” que parecen decir mucho pero no dicen nada porque ¿de qué sirve hablar de amor, de justicia o de verdad si al final no es el amor de Dios el que voy a vivir, ni la justicia de Dios ni la verdad de Dios sino el amor, la justicia y la verdad que a mi me interesa? Temer a Dios es en definitiva volver nuestro rostro a Dios conociéndolo a fondo por Cristo para realizar en mi vida el amor, la verdad la paz, etc.. como Cristo los llevó a la práctica en su vida.
Es entonces, cuando nuestra religion y nuestra vida se hacen de verdad “cristianas”(=segun Cristo). Y si digo que amo a Dios lo demostraré siguiendo lo mejor posible sus consejos e intentando cambiar de vida porque el riesgo si me separo mucho de lo que Dios quiere podemos sospechar que no nos va a beneficiar ni para esta vida ni para la eternidad. Y entonces el” timete Deum” es un tema de honestidad con Dios. ¿cómo puedo pretender vivir cerca de los hombres como hermanos y cerca de Dios aqui y en la eternidad si no me he querido ajustar a sus valores sino a mi modo interesado de verlos ? Y con todo..hemos de apelar siempre a la infinita misericordia del Señor como el buen ladrón que a poco de morir se dirigia a Jesus con estas palabras: “acuérdate de mi cuando llegues a tu Reino”.(Lc 23,35-43).
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