MOSTAZA Y LEVADURA

En Mateo 13, 31-35, Jesús presenta dos parábolas: la parábola del grano de mostaza y la parábola de la levadura. Estas parábolas tienen un significado simbólico y enseñan lecciones importantes sobre el Reino de Dios.

En la parábola del grano de mostaza, Jesús compara el Reino de Dios con una semilla de mostaza, que es la más pequeña de todas las semillas, pero que crece hasta convertirse en un árbol grande donde las aves encuentran refugio. Esta parábola enfatiza el poder y el crecimiento sobrenatural del Reino de Dios, que comienza pequeño pero se expande de manera significativa. Esto representa cómo la fe y el mensaje del Evangelio pueden comenzar humildemente pero tienen el potencial de influir y transformar vidas.

Por otro lado, la parábola de la levadura compara el Reino de Dios con la levadura que una mujer mezcla en una gran cantidad de harina hasta que toda la masa se fermenta. Aquí, la levadura representa la influencia transformadora del Evangelio en la sociedad y en la vida de los creyentes. Al igual que la levadura afecta toda la masa, el mensaje del Evangelio tiene el poder de transformar y renovar la vida de las personas y de la Iglesia.

En cuanto a la aplicación a la vida de la Iglesia y de cada creyente, estas parábolas nos enseñan que, aunque podemos ser pequeños y parecer insignificantes a los ojos del mundo, el Reino de Dios tiene el poder de crecer y transformar, tanto a nivel individual como colectivo. Como cristianos, se nos insta a ser portadores del mensaje del Evangelio y a ser agentes de cambio en el mundo, a través de nuestras acciones de amor, justicia y servicio.

Sin embargo, es importante destacar que Jesús no exige aquí ninguna acción política violenta ni presión social en estas parábolas. El enfoque principal es el poder transformador del Reino de Dios a través de la fe y la influencia del Evangelio en la vida de las personas. En lugar de buscar cambios a través de medios violentos o coercitivos, se nos anima a vivir fielmente el mensaje de Cristo y a compartir ese mensaje de una manera amorosa y compasiva con otros.
La mayor urgencia de intervencion de la fe y el vigor del Reino en el mundo se dejarà ver en otras paràbolas de Jesus como la de ser sal y de ser luz en el mundo que ya veremos en su momento.

En resumen, las parábolas del grano de mostaza y de la levadura nos animan a ser testigos auténticos del Reino de Dios, creciendo y transformándonos a nosotros mismos y a nuestro entorno a través de la fe y la influencia del Evangelio con un compromiso de amor y servicio que refleje la enseñanza de Cristo.

Los comentarios están cerrados.