LA RENUNCIA EN LA VIDA NORMAL Y LA VIDA CONSAGRADA


Mc 14,25-33
La renúncia que Jesús pide a los cristianos -sus seguidores- es total.Jesus lo ha dicho con toda claridad :”el que no renuncia a todos sus bienes no puede ser discípulo mío”. Y Santa Teresa lo decía con su habitual donaire:” el que quiere conseguir todo debe estar dispuesto a dejarlo todo”.Esa inmensa renuncia solo se entiende porque Jesús es y está desde su Encarnacion en la sustancia de todas las cosas de modo que sólo con El logramos dar la medida adecuada a todo. Sólo Dios en Jesús nos basta.
Sólo con el Dios y Padre de Jesús se vivirán los auténticos valores del Reino que escapan al consumo y precio y que en buena medida significa aceptar con espíritu de servicio y alegria las servidumbres que nos impone la vida normal de cada día.
Y ¿que pensar de las consideradas virtudes “heroicas” seguidas en la ancestral vida de Comunidad conventual (votos de obediencia, castidad y pobreza?. Simplemente que se respete a cada individuo al máximo el carácter de opción libre y como en los deportes de élite Dios dirá las metas que se pueden alcanzar cuando a la naturaleza humana se le añade la consagración y la gracia.
Canto: “Jesús , ven tu”.

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