INMACULADA CONCEPCION

Lc 1, 26-38
¿Será posible que desaparezca el mal de la faz de la tierra?
La liturgia de- hoy fiesta de la Inmaculada- nos presenta en clave femenina el anuncio de que podemos hacer mejor las cosas y el mundo tendrá solución. Una mujer , María adornada de gran dulzura y humildad pero de sublime fuerza y firmeza pisó la cabeza de la serpiente. Aquella serpiente símbolo del poder demoníaco que quiso llenar de orgullo a los primeros hombres haciéndoles ver que podrían ser como dioses, árbitros del bien y del mal sin miedo a las consecuencias.
María fue el primer ser de la tierra que diciendo un “Si” rotundo a Dios nos trajo a Jesús y con El la salvación.
Con María nos llegó Jesús y su Reino. Ahora necesitamos como María repetir el Amén ,el sí a Dios todos ,asumiendo el estilo de Jesús dulce y austero, libre y sencillo que nos libre de los estragos de un orgullo y ambición que nos aparta de Dios y del hombre nuestro hermano.
Con Jesús, cuya venida preparamos celebrando la próxima Navidad nos llega el mensaje de que el bien se puede hacer plegandose con radical humildad hecha necesaria virtud ante los grandes retos que (no aconsejan sino que nos obligan) – ahora lo podemos entender con la pandemia- a estar unidos por el bien común
Por creación Dios nos dotó de esa bondad natural aunque fue alterada por el pecado de origen en forma de orgullo .Y “fer bondad” ( hacer el bien), decir Amén a Dios y al hombre siguiendo el estilo de Jesús para que haya vida para todos ,es el camino de la restauración del mundo y de nuestra propia restauración.

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