El NEGATIVO DE JESÚS

Lc6,17,20-26
Las bienaventuranzas de Lucas tienen un aire más profético e interpelador que las de Mateo, 5. Directamente llama bienaventurados a los que Francisco (papa) llama descartados de la sociedad. Vamos, que llama dichosos a los que el mundo -sobre todo el occidental del bienestar- considera unos perfectos desgraciados. Claro está que suponemos que son tales los que se esfuerzan por salir de las penurias y ponen su confianza en el Señor. Estos son los testigos más creíbles de tener una alegría pura fundada en Dios. Y frente a estos las maldiciones ” ay de vosotros los ricos, los satisfechos… porque ya tenéis vuestro consuelo” nos caen como ascuas a los “hijos del bienestar” y del consumismo. Los que por poder comprar todo con dinero nos parece que no es posible la alegría sin dinero.
Y las 2 primeras lecturas nos dan la clave del origen de la auténtica alegría cristiana:
1. Poner la confianza nuestra en Dios. Una imagen muy cercana a nosotros nos lo hace comprender: “el que confía en Dios es como un árbol plantado junto a la acequia que no teme los rigores del verano ni la sequia”. La otra causa de auténtica alegría nos viene de
2. la fe en el resucitado. Pablo no fue solo creyente sino “vidente” del Jesús resucitado y por eso nos habla con gran contundencia de la esperanza firme y alegre que alienta al que apuesta todo por el resucitado. Ése será heredero de la corona de gloria después de esta vida por haber tenido amor a su venida.
3. El cristiano adulto vive la alegria de la Buena noticia con esperanza porque ha puesto su vida en las manos de Dios y trata de vivir con los valores de su Reino. Y como caminante por la vida, vive con ideales y lucha por lograrlos que es lo que hoy más nos está haciendo falta.
Canto: Padre Nuestro del ritmo del silencio”

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