EL MATRIMONIO COMO SACRAMENTO ¿VALE PARA TODOS?

Mc 10,2-16
El matrimonio en el ser humano tal como es presentado por el Genesis y refrendado por Jesús hoy en el evangelio es un ideal: se les invita a que siendo iguales en dignidad pero diferentes en constitución sexual, caracteres etc logren una unión tal que lleguen a ser como una sóla carne. Así el ecosistema origen de la vida humana participará de las mejores condiciones para ser unión no sólo creadora de vida sino capaz de educarla y darle la consistencia necesaria para que también ella tenga el equipaje necesario para lanzarse a la vida
Y cuando a Jesús le preguntan si es lícito el divorcio Jesús responde:” lo que Dios ha unido, que no lo separe el hombre”. Y probablemente quien ha experimentado este amor profundo y sacramental como don de Dios estará de acuerdo en que un amor tal reclama eternidad y compromiso de servicio responsable hacia el otro/a y por supuesto hacia sus descendientes.
Pero hemos de contemplar una vez más el factor humano. Gracias a este ideal muchos, si no logran la perfección al menos podrán lograr y habrán logrado metas intermedias. Ya es algo. Pero el matrimonio no es la celebración del dia de la boda. Es un proceso en que la práctica del diálogo y todo un corolario de virtudes al servicio del amor (1Cor 13) tendrán que ponerse en juego para llevar a plenitud el ideal- y claro¡ esto hay que entenderlo , ponerse manos a la obra y no pensar “que con el amor (sentimental)sólo basta” y menos si por moda hemos reducido el amor a sólo un sentimiento, cuando el amor maduro es más una elección voluntaria o “querer querer” , que un sentir que siempre es pasajero ( Sta Teresa llamaba al sentir” loca de la casa”).
Y si siempre el matrimonio ha sido difícil hemos de ver que no va a ser mejor sino peor en los momentos presentes por las nuevas circunstancias del mundo de hoy.
La parejas trabajan ambos, logran mayor independencia económica y libertad por tanto real, y ello también ayuda a que se dé un tipo de mujer menos sumisa que la de antes y menos paciente para afrontar las múltiples tareas que se le esperan desde la gestación, la crianza, la educación de niños,,, tareas todas que serán compartidas ojalá por el marido “si se ha puesto las pilas” y comprendido el nuevo modelo de marido que corresponde hoy,…pero lo que vamos observando a vista de pájaro es que por A o por B faltan manos para estar con los niños. Y no bastan con las de los abuelos. Y dedicar más tiempo los padres recientes si no es con mas apoyo estatal no llegan y los niños van al cole faltos de seguridad afectiva y esto no lo suplen ni profes de apoyo ni psicólogos. Está faltando la figura de padre y madre que ejerce a tiempo completo y no padre proveedor de juegos para que el niño esté distraido- aunque no realmente atendido. El niño en la forma de recibir la atención debe sentir que es querido.
El niño necesita padres maduros como personas; es decir libres de esclavitudes y responsables, de modo que no duden en pedir también al niño responsabilidades. Cuando no se las piden y culpan a otros( quizás profesores) ¿no será que hacen teatro ante el niño de quererlo porque están poco seguros de dar al niño no caprichos sino el amor que merecen?
Educar en derechos y libertades precisamente hoy y aquí, huele a dejación de la propia tarea de los padres que es dar al niño seguridad afectiva y voluntad para afrontar demandas externas que no siempre serán fáciles como estudiar sin ganas, atender en clase, hacer los deberes etc..
Los educadores tenemos hoy grandes retos…y los padres jóvenes deben hacer autoexamen. En ello nos va el presente y el futuro. Canto:” Danos un corazón grande para amar”

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