Mc 8,27-33 contiene la Confesión de Pedro y es un hito en la vida de Jesús y sus discípulos q marca un antes y un después.
Jesús va de camino con sus discípulos y les pregunta” ¿quién dice la gente q soy yo?. Y los discípulos van respondiendo ” unos dicen q eres Juan el Bautista, otros q Elias o uno de los profetas.. pero pronto les llega la pregunta de mayor intensidad ¿ y vosotros quien decís q soy yo?. Pedro no se lo piensa dos veces y en un pronto de sublime inspiración del Espíritu responde:”Tú eres el Mesías”. Ante esa confesión tan rotunda Jesús acepta prohibiendo terminantemente decírselo a nadie y aclara más puntualmente la vida q le espera al decir ” el hijo del hombre tiene q padecer mucho, tiene q ser condenado por los senadores, sumos sacerdotes y letrados, ser ejecutado y resucitar al tercer dia”. Tanta claridad le debió parecer a Pedro un tanto excesiva e inaceptable q una tal vida tuviera tan desgraciadas consecuencias y se lo debió manifestar a Jesús con trazos gruesos por lo q a continuación oimos de labios de Jesús la más terrible imprecación: “apártate de mí satanás. Tú piensas como los hombres, no como Dios.”
Si en la confesión de Pedro sobre la condición mesiánica de Jesús hay iluminación del Espíritu Santo ¿cómo es q tan pronto Pedro es no solo tentado sino q cae en la tentación de pensar como hombre y no como Dios ? Era tan malo esperar para Jesús un final feliz?.¿era necesario q una vida de servicio y entrega generosa terminara con el abandono de todos, en el fracaso y en la cruz?
Aqui hemos de ver cuál fué la tentación de Pedro y tb la de Jesús q le hizo reaccionar con tal virulencia. Y esta no puede ser otra sino la de rodearse de los poderes del mundo (dinero, poder, prestigio, privilegio) para atenuar las cargas del servicio.
Pero el estilo de vida de Jesús al asumir los discípulos el cristianismo tenía q quedar claro :q supone la mayor cercanía a los hombres sin más poder q el que dimana del amor y de la voluntad de servicio. Todo lo q excede de ahí es obra del diablo.