Comentario homiletico 14/1/18

Los textos de hoy  (Jn 1,35-42 ) nos pueden servir para revivir y profundizar en nuestra relación y encuentro con Jesús . 

  Pablo q fue un gran predicador ya dijo q no se puede llegar a la fe en Jesús si no oímos hablar de Él. He de escuchar su palabra de tal manera q me sienta profundamente tocado por ella. Cuando Jesús nos llama nos sentimos interpelados por El de forma q no tengo escape y he de responderle. Así les ocurrió a los primeros apóstoles. Hoy recordamos q Juan Bautista estando con dos discípulos suyos vio pasar a Jesús y dijo: “éste es el Cordero de Dios” y siguieron a Jesús. Y Andrés, a su vez, lo comunicó a su hermano Simón Pedro y ambos se fueron a vivir con Jesús. Nos llama la atención tb el hecho de q Jesús le cambia el nombre a Simón por Pedro. Es como darle una misión especial pq lo va a hacer fundamento de la Iglesia.

  Como vemos, en el origen de nuestra fe como en la de los apóstoles hay una llamada o atracción q nos provoca Jesús, y q nos invita a responder con mucha generosidad pq sentimos q se nos invita a hacer florecer lo más hermoso q hay en nosotros. Los ideales más auténticos y libres de intereses egoístas: Se trata de servir en nuestro corto tiempo de vida a Dios Padre y al Reino q vino a establecer Jesús en la tierra. Jesús entendía q ese era el mejor servicio q se puede hacer a la humanidad y es lo q a través de ese encuentro cada cristiano hemos de percibir como importante.

  Seguir a Cristo con su forma libre de vivir y estilo de vida liberado del “qué dirán “del mundo para seguir las inspiraciones del Espíritu no es tarea fácil. Pero hay q superar la rutina de un cristianismo q sólo se sigue a veces por costumbre y tradición, para convertirlo en un cristianismo vivo y comprometido con Cristo y con la Comunidad cristiana de la  q formamos parte. Esos cristianos comprometidos con Dios y la Comunidad son los q más necesitamos. Y para ello es necesario revisar nuestra relación y encuentro con Cristo. El es y debe ser el motor de nuestro actuar: “Sin mí no podéis hacer nada”

   Hoy puede ser buen día para revisar nuestra vida de relación y encuentro con Cristo  de la que va a derivar nuestro testimonio de amor hacia los demás.

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