HACED LO QUE EL OS DIGA”: MARÍA EN CANÁ.

Jn 2, 1-11 – Jesús con las bodas de Caná estrena la causa final de su venida: “dar vida y vida abundante”
Las célebres bodas de Caná en que Jesús convirtió el agua en vino nos trae a la mente una idea motora que bullía en la mente de Jesús: “he venido para que tengan vida y vida abundante” (Jn 10,10). Fue por ello, y por la incitación de María (es justo recordarla en época de clamor feminista), que el vino, que no es una necesidad pero sí un componente importante en toda celebración festiva de nuestra cultura mediterránea, pasará a ser el símbolo del evangelio de la alegría como fruto del servicio a la vida.
Jesús con las bodas de Caná estrena la causa final de su venida: dar vida y vida abundante y feliz a una humanidad que no encuentra -con tantos algoritmos- ni la paz ni la igualdad ni la felicidad.
Y hay que leer y meditar en profundidad la carta del Papa “Dilexit nos” que nos presenta la imagen de un Jesús no romántico pero sí cercano a todos ,mujeres, niños pecadores,… con una sensibilidad profundamente empática y expectante tal como aparece en gestos y miradas, expresiones afectivas… diseminados por todo el evangelio que nos manifiestan un modo de ser hombre con sede en el corazón que sabe porque saborea más que con la inteligencia que analiza y distingue y tantas veces malinterpreta y confunde. Es cosa de leer el evangelio bajo el sesgo del Jesús afectivo y a la vez comprometido y divino- para captar a un Jesús que con su vida toda , nos está diciendo que Él es el mayor brindis hecho al Dios Padre Autor de la vida.
Canto: “Tan cerca de mi”. Beberemos la copa de Cristo”