LUZ DE CRISTO (=IGLESIA)

Lc 9,18-22
Pedro haciéndose portavoz del sentir de los Doce o por inspiración del Padre contesta a la pregunta de Jesús con gran acierto: “Tu eres el Mesías de Dios”.
Por ello nos extraña que prohíba terminantemente decírselo a nadie.
Y sí hay una razón que lo explique: Jesús en su predicación del Reino se posicionó muy críticamente con los poderosos del mundo- incluso religiosos- y a favor de los pobres, enfermos, desvalidos, etc. y esa imagen del Mesías era contraria a la idea general de que iba a ser como un caudillo poderoso como Moisés o el Rey David y que iba a hacer de Israel un pueblo grande entre los grandes.
Tan diferentes expectativas respecto del Mesías hacían aconsejable que no se propagara oficialmente porque no lo iban a poder entender. De hecho, ni los propios apóstoles cayeron en la cuenta, hasta después de la Resurrección, de que el Mesías tenía que padecer mucho y morir y luego resucitar. Y es que el posicionamiento de Jesús, como el del cristiano que quiera serlo en verdad, debe ser un “fermento de cambio social” y no de conformidad con lo establecido.
Canto: “Señor, tu que brillas en las tinieblas, danos tu luz”.

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