DE INTERNIS NEQUE ECCLESIAM


Mt 13,36-43
La explicación que da Jesús de la parábola de la cizaña no deja lugar a dudas: el juicio definitivo de salvación y / o condenación de personas sólo corresponde a Dios y no a los hombres. Y ello ocurrirá no ahora sino al fin de los tiempos. Mientras vivimos estamos, pues, en tiempo de gracia. Tiempo en que hemos de suspender todo juicio condenatorio de personas. La doctrina clásica católica ha dicho siempre que “nadie, ni la Iglesia, puede juzgar de la situación interna de las personas.(=De internis neque Ecclesia”
A este respecto la actitud de Jesus siempre abierta a la misericordia y perdon con Pedro y con la mujer pecadora por adultera son bien elocuentes. Si Pedro le traicionó negando conocer a Jesus por tres veces, Jesus le pide por 3 veces que confiese que le ama más que los otros. Y en Jn 8, 3-11 primero libra a la adúltera de la ejecución de la sentencia de apedreamiento diciendo a los que la iban a apedrear ” el que este libre de pecado que eche la primera piedra” y en segundo lugar muestra su infinita compasión acercàndose y diciendo a la mujer: “¿ nadie te ha condenado? yo tampoco te condeno: “vete y no peques mas”.
En Jesus vemos la diferente forma de actuar en el tribunal de justicia humana y en el tribunal de misericordia o confesion donde -arrepentimiento mediante- y supuesta conversión se logra la reconciliacion del penitente con su conciencia y con Dios.
Y hemos de añadir aun que esta conducta tan humana de Jesus hacia las personas ha influido en la práctica de nuestra legislacion y accion de la justicia cuando oimos hablar de despenalizacion, de amnistia , de redencion de penas por buena conducta o por arrepentimiento del acusado etc…
Es una muestra mas de cómo el evangelio que pretende no solo salvar o pasar a la eternidad a los hombres sino hacerlos mas humanos aquí está influyendo en una justicia menos vindicativa y cruel y mas respetuosa con la dignidad del hombre.

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