Mt 11, 25-30
En Francia todo el mundo recuerda donde estaba cuando Notre Dame ardió aquella noche del 15 de abril de 2019. El icónico templo construido hace 850 años quieren reconstruirlo en abril de 2024 pero dejemos que Macron y el pueblo francés levanten de nuevo el templo simbolo del Catolicismo Cultural. Nos preocupa más que desaparezca el culto en el interior de los templos vivos que somos los cristianos a quienes Jesús dijo “desde ahora se adorará a Dios en espíritu y verdad donde quiera que sea”(Jn 4,23-24). Y hoy el Evangelio nos da dos motivos de profunda alegría . El primero es que Jesús sumido en oración al Padre se alegra porque da su sabiduría a los sencillos y no a los grandes y se regocija porque va a conocer mejor al Padre y al propio Hijo aquel a quien el Padre se lo quiere revelar. Por último da otro motivo de profunda alegría: aquel que busque al Señor desde lo profundo de su corazón lo va a poder encontrar y descansar en profundidad en el silencio y la oración y en contacto con Jesús manso y humilde de corazón que se ha hecho pobre al hacerse hombre y pan para todos reunidos en oración como hermanos y en la Eucaristía .
Nuestro mundo necesita el encuentro y la conexión con el Padre sin el que no es posible el íntimo descanso, y el lugar del encuentro es “donde dos o más se reúnen en su nombre”. (Mt,18,20)
Hay mucha hambre de Dios y de espiritualidad en las redes y es lícito reconocerlo y fomentarlo. Dios tiene en cada corazón su lugar privilegiado. Y se hace tan necesario como el pan nuestro de cada dia.
El canto ” Ayudame a mirar con amor a descubrirte en el silencio” puede ser el compañero de viaje para vivir bien acompañado cada dia.