NO SE TURBE VUESTRO CORAZON CREED EN DIIS Y CREED TAMBIEN EN MI”

Jn 14,1-12
Parece que en la epoca de Jesus y en muchos otros tiempos el principal motivo de desasosiego o falta de paz profunda era no poder ver a Dios por ser invisible e inimaginable y el tener que plantearse qué hay tras la muerte ( si es que hay algo) y cómo hemos de vivir cada acontecimiento de nuestra vida de la mejor forma para en todo momento respetarme a mi mismo como actor y al entorno o casa Comun como responsable del cuidado de todo.
Pues bien, hoy en este texto Jesus como Maestro nos da respuesta a las profundas cuestiones que con la sola inteligencia no alcanzamos a ver y pueden causarnos zozobra:

  1. Que hay un sitio o estancia para cada uno despues de la muerte y que El va a prepararnos el sitio para que estemos con El. Pero mas aun
    2 . Que El y el Padre son uno y que desde ahora el que ve a Jesus y lo conoce y lo sigue está viendo al Padre porque El es la encarnación del amor del Padre y su forma de vivir es un modelo para todos nosotros.
    El problema hoy es que si de corazón oimos y creemos en estas verdades que Jesus nos revela
    la pregunta obligada es , bueno y ¿qué es lo que corresponde entonces hacer? Y el sujeto paciente de esta situación nos va a plantear las preguntas mas elementales como que en casa no tiene ninguna imagen de Jesus, ni le han enseñado a rezar , y tampoco en la escuela… que no tiene el hábito de dar gracias a Dios ni de pedirle por los que sufren.. etc.. y lo que vamos a descubrir es que no se le ha educado una sensibilidad espiritual o religiosa y no tiene cómo relacionarse desde su yo mas intimo con el misterio de la vida y con Dios mismo, antes invisible y ahora visible y con hechos y palabras pero poco frecuentado como para tenerlo como maestro que oriente su vida. ..y nos tendremos que plantear en estos tiempos de cambios cómo crecer en sensibilidad espiritual cultivando esas necesidades mas interiores como agradecer a Dios y a las personas por tanto como recibimos de ellas. Y ejercitarnos en el pedir perdon y concederlo a quienes de alguna forma ofendamos o consideremos y cómo no, a Dios a quien percibimos como Creador y Padre de toda Bondad.
    Y con propósitos concretos de cultivar cada dia personal y comunitariamente nuestro espiritu podemos cantar el Padrenuestro con la melodia del ritmo del silencio..

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