31/08/2021

Lc 4,31-37
Las gentes que escuchaban a Jesús se quedaban admirados por el poder de su palabra. El texto de Lucas nos dice que hablaba con autoridad (no como los letrados). Con autoridad también y determinación increpa al diablo del poseído y sale de su cuerpo sin hacer daño al hombre. Aquí vemos como Jesús domina con ella sobre el mal y sana. Y veremos también que con su palabra perdona y purifica y exhorta abriendo caminos, y denuncia lo que es malo y torcido y anuncia la llegada del Reino. Con Jesús la palabra llegará a ser lo que está llamada a ser en plenitud: una Logoterapia o curación por la palabra. Una palabra capaz de hablar a niños y grandes a animales e incluso vegetales. Todo parece que es sensible a la palabra desde que el Padre Dios creó todo con el poder de Su Palabra.
Nuestros antepasados ya hablaban de “hablar bien”, hablar con propiedad eligiendo las palabras más adecuadas y con el tono más adecuado porque en ellas nos va mucho bienestar en la vida y buena convivencia.
Hemos de recuperar y cultivar el mejor instrumento de comunicación del hombre tan devaluado hoy: la palabra. Que llegue a ser la fotocopia más perfecta de la realidad interpretada por el hombre.

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