Comentario homiletico 12/9/19

Lc 6, 27-38
No es fácil encontrar una justificación adecuada para una forma tan altruista de actuar como la que pide Jesús.
Si vamos a los últimos fundamentos, aquellos que nos hablan de la bondad del ser y que yo asimilo a que la plenitud del ser es ser-vir, parece que hay coherencia con aquellos principios clásicos de filosofía: “Bonum est difusivum sui”( El bien se difunde por si mismo”) traducible a un lenguaje más pragmático de nuestra cultura: “haz bien y no mires a quien” (aunque este refrán es cristiano). J.J. Rousseau hablaba del ser humano nacido con bondad natural la cual se viciaba por el contacto social.
La Iglesia y el cristianismo en general, que vive experiencia de siglos y habla del pecado original ,tanto si se explica de un modo u otro ,lo cierto es que mantiene la duda de que la bondad del hombre sea el estado natural-habitual … y habla desde Trento de una tendencia ambivalente hacia el bien pero también hacia el mal.
Así las cosas, digamos de una vez que la persistencia en el bien actuar en cualquier circunstancia para el cristiano es no debida sólo a bondad natural, sino a un secreto que guardamos los creyentes y aquí nos revela Jesús: ese actuar sin esperar recompensa alguna es un ideal propuesto por Jesús: llegar a ser en plenitud hijos del Altísimo que es bueno con los malvados y desagradecidos. En realidad sí se espera recompensa pero no aquí sino en la otra dimensión. En todo caso requiere la fe para creer que todo no es valorado y recompensado aquí y que la imitación de Dios y de Cristo: “amaos como yo os he amado” es una meta para esta vida y a la vez quien se acoge a esta por fe (=obediencia) que se va a traducir en obras, espera la ayuda de esa realidad trascendente (Dios) para hacer posible que nazca con verdad lo que no apetece de primeras: ni amar al enemigo, ni rezar por el, ni perdonarle etc…Quizas el principio de nuestra actuacion humana mas “al estilo divino” nos la da el Padrenuestro cuando nos invita a no caer en la tentacion de responder al mal con mal.
Ahi estaria en la máxima perfeccion del actuar humano inserta nuestra condición divina recibida por el Espiritu creador mas el Espiritu restaurador q nos viene de la Obra de Jesús y q nos habilita para la excelencia en el actuar humano.

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