Comentario homiletico 1/8/19

Mt 13, 37-43
La parábola de la red barredera en que el triaje y separacion de los peces buenos y los malos se hace al final de la pesca es un toque de atención a nuestra responsabilidad humana. Está diciendo que nada va a escapar a la justicia divina, sólo que ésta se va a ejercer al final. Y el juicio va a ser de aprobación o reprobación. El cómo del castigo o aprobación cielo o infierno no pueden significar sino felicidad o infelicidad porque no nos es dado entender lo que es propio de otra dimensión.
Ahora nos queda el tema de la justicia humana. Ésta cae bajo nuestra entera responsabilidad y libertad. El tiempo de gracia que Dios nos da es una invitación a hacer un mundo tan fraterno e igual para todos que nadie tenga motivos de queja.
Las desigualdades vienen de parte de la naturaleza que a veces nos maltrata, o de la historia q hacemos los hombres en que privilegiamos a unas personas y desmerecemos a otras ante la ley. Entonces es necesario un desarrollo de la justicia.
El fenómeno de la globalización por ejemplo que a tantos nos alcanza debiera comportar una globalizacion de la Justicia, velar para q un tribunal penal internacional haga justicia en el mundo de modo eficiente y no quejarnos de porqué no viene Dios a solucionarnos los problemas.
La codicia ha abierto los ojos a los ambiciosos con la globalizacion y parece que juegan con ventaja. Los bienes de unos pocos crecen exponencialmente y la justicia anda tan lenta y desprotegida por desinterés de los gobernanres que sólo parece oirse en el mundo el grito de Francisco.
Habrá que unir
las fuerzas del amor y la compasión dejando individualismos para construir un mundo mas humano e igualitario donde todo el mundo disfrute de poder simplemente vivir.

Los comentarios están cerrados.