Comentario homiletico 27/7/19

Ayer se planteó en el grupo de wp de Sant Marc una interesante y “clásica” discusión sobre la legitimidad e incluso la moralidad de construir tan grandes templos como el de California o el de la Sagrada Familia. La discusión – muy interesante por cierto- parece q acabó en tablas.
En efecto, el valor de un templo no puede medirse por el dinero sino por su relación con la fe.
Si sirve para acercar a los hombres a Dios pq el mismo templo quiere expresar con su grandeza artística la bondad y belleza de Dios y es fruto de la fe de un pueblo, parece q el criterio de valoración solo económico es pobre , inadecuado o hasta malévolo -si se ha esgrimido para acusar y perjudicar la fe de los creyentes-.
En este sentido hay q reconocer q algunos templos considerados “Santuarios” cumplen su función de ser centros de peregrinación y expresion de la fe popular y no son en sí , por tanto despreciables. Pero a la vez hemos de afirmar la voluntad del Maestro Jesús q dió siempre mas importancia a la comunidad q al templo. La iglesia en q habita el Señor a plena satisfacción- diríamos- no es el templo sino q es la comunidad. ” allí donde haya dos o más reunidos en mi nombre allí estaré yo en medio de ellos”. La Iglesia ,pues es la asamblea de cristianos reunida por sus representantes y cuya cabeza es Cristo. Y lo que necesitamos hoy, mas q nunca ,no son templos – muchos de ellos se están cerrando- sino comunidades vivas de cristianos que iluminen con su estilo de vida y su fe la vida de los hombres.
Y perdonad q una vez más tenga que decir cosas que pensaba que eran obvias , pero después de 50 años de sacerdocio jamás he necesitado un templo con campanario aunque he inaugurado dos. Quizas se está abriendo una brecha entre iglesias de Culto e Iglesias de Comunidad de personas o Iglesias Cultuales e Iglesias Comunitarias. Donde se viva mejor el evangelio ahí estará, seguro, el Señor dando luz.

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