Comentario homiletico 28/2/ 19

Mc 9, 40-49
Las ultimas historias de pederastia las estamos conociendo 10 , 20 , 30 años ymas despues q los hechos ocurrieran. Nos las cuentan sus propios pacientes ahora y nos sobrecogen ante la vista del mal q los pobres han sufrido sin posible defensa. Eran niños o adolescentes y no podian esperar q en un ambiente protector familiar o social se estuvieran inoculando semillas de maldad en sus cuerpos. Ahora , con retraso, han levantado el grito al cielo y nos han hecho ver q aquello q ocurria como un juego inocente y placentero era en realidad un veneno de efectos letales en el ánimo del sujeto.
Y ¿ qué hemos de decir? Pues q mas vale tarde q nunca. Ahora somos toda la sociedad mas conscientes de los males q sufren los q son objeto de deseo y son abusados o violados. Y lo hemos tenido q aprender con algunos casos de pederastas en la iglesia. Son un escándalo pq son autoridad ante el pueblo y como en aquellos jueces ancianos del A/T q abusaron de la casta Susana merecen reprensión seria. Pero q sirva tb de señal de alerta a muchos mas personajes de todos los ámbitos sociales con tendencias abusadoras para q capten la gravedad de sus actos y corrijan su conducta desde la percepción errónea de su mente.
Los clasicos decían ” a grandes males grandes remedios” y posiblemente la educacion moral q tanta falta nos hace hoy no encuentra mejor forma de entrar q por via de escándalo al q los medios, por desgracia, nos tienen tan acostumbrados.
Y tb es de esperar q la Iglesia lleve (pasado el temporal) a reflexion profunda estos asuntos y se promuevan cambios en temas como el celibato que duermen desde tiempos inmemoriales.

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