Comentario homiletico 14/3/18

Jn 5,17-30
El evangelio de hoy es continuación del milagro de la curación del paralítico de la piscina de Betesda. Al milagro siguió la discusión sobre la observancia del Sábado como día de descanso. Para la religiosidad de aquel entonces el más mínimo trabajo el sábado era considerado pecado. Y Jesús ordenando al paralítico q se levantara, cogiera la camilla y echara a andar le estaba induciendo a pecar.
Hoy en este evangelio Jesús dice q Dios Padre sigue trabajando y por eso El hace lo mismo y a más de tratar a Dios como Padre y “escandalizar” les dice: “lo mismo q el Padre resucita a los muertos y les da vida, así tb el Hijo da vida a los que quiere”.
Aquí vemos una vez más cómo Jesús lleva a plenitud la ley del A. Testamento. El descanso sabático ya no será un precepto absoluto sino q la exigencia de dar vida q nace del amor va a tener preferencia sobre la lectura literal de esa ley . Dios Padre y tb Jesús actúan en Sábado. Y el q resucita a los muertos y “viene a dar vida y vida abundante” con sagra otra vez más la primacía del amor por sobre todo otro precepto.
La centralidad del amor y tb la del hombre se ve mejor aún cuando dirá q “el sábado ha sido puesto para el hombre y no el hombre para el sábado”.
Los hechos históricos de la resurrección de Jesús q conmovieron a los apóstoles y primeros cristianos fueron los q hicieron madurar la idea de q el descanso sabático nacido de la creación en 6 días( Génesis ) había sido superado por la re-creación, restauración y Resurrección de Cristo y por ello se pasó a celebrar el Domingo- día primero de la semana -como el día del Señor resucitado.
Día de descanso, día del Señor y día de celebrar el señorío del hombre sobre el trabajo y la Creación.