SIGNOS DEL ENCUENTRO CON EL RESUCITADO

Hec 4,1-12 y Jn 21, 1-14
En el evangelio de Juan es donde se nos da la clave del éxito en la pesca milagrosa y del poder de los apóstoles. Es la fe hecha confianza absoluta en Jesús. Por ella se llenan de esperanza y ven posible lo que parece imposible. Es el encuentro con el Resucitado. Los apóstoles que en vida de Jesús jamás le entendieron, ahora ya resucitado, sintonizan mejor con El. El Reino de Jesús es muy “otra cosa” que enfervoriza y trasciende fronteras. Y parece que el que se pone a trabajar por Él y “en su nombre” puede alcanzar grandes cosas. Es la esperanza “viva” que no se alimenta de aprender a movernos con una orientación optimista, -una técnica psicologica al fin-, sino que es esa esperanza que decimos que es “lo último que se pierde” solo que nunca ya se pierde, sino que permanece viva y todas las esperas aguanta y trasciende. Y es que la esperanza que nace del resucitado pasa a ser nuestra piedra angular.
Hay otra palabra clave sacada del argot de la psicologia y que pretende dar cuenta de esa capacidad para afrontar dificultades y que marca diferencias entre personas :es la “resiliencia” que empezó a ponerse de moda cuando desde las ventanas cantábamos “resistiré”. Y hemos de decir que otra vez más nos pueden servir las técnicas psicológicas para manejar bien las situaciones difíciles con la práctica de conductas adecuadas para gobernar el miedo , la ansiedad ,el stres etc pero sobre todo la clave cristiana está en descubrir la razón última de la esperanza que reside en la caridad que al decir de Pablo “cree sin límites, espera sin limites y aguanta sin limites”porque nace del encuentro con el resucitado que da consistencia a la fe.1Cor 12,31 Es la capacidad de ahondar con la fe en el dolor para convertirlo por la oblación a Dios en sufrimiento “con-sentido”.
Así hizo Jesús asumiendo el dolor de su Pasión a través de aquella oración que bien podemos hacer nuestra en estos momentos difíciles de olas de pandemias y guerras im-parables: ” Padre, si es posible pase de mi este cáliz pero no se haga mi voluntad sino la tuya”.Lc,22,42
Y para entrar en ambiente cantamos “Danos un corazón grande para amar”

CRISTIANISMO EN REVOLUCIÓN PERMANENTE

Lc 24,35-48
El cristianismo es y será siempre una lucha agónica como la vida misma. Así la percibia nuestro filósofo Miguel de Unamuno.
En su origen el cristianismo ha puesto al Dios Padre que nos ha mandado a su propio Hijo para iluminar con su palabra y su testimonio la vida de los hombres. Pero su palabra se oye poco y se produndiza aun menos, (prima el aspecto floklorico y costumbrista), de manera que el común establecido es que somos rios vivientes abocados al gran mar que es la muerte . Y no hay mas que celebrar sino vivir el presente. El hombre continúa entonces instalado como en un mundo de sombras y tinieblas sin luz que ilumine, dedicado a actividades como de entretenimiento y pasatiempos. Pero va y los pocos cristianos practicantes decimos que el muerto enviado por el Padre vive. Que ha resucitado. Y en cada Iglesia con el Cirio Pascual iluminando se anuncia la Increíble noticia no ya de que Dios el Invisible vive por siempre sino que su Hijo el que ha querido vivir sólo como Hijo del Hombre después de muerto ha resucitado.
Y eso nos concierne a todos. Y eso ,dígase si es o no historia ,ha ocurrido en el tiempo y sólo pensar que pueda ser cierto rompe la duda y abre espacios.
Ahora nos vemos en un cambio de época y a punto de dar saltos cualitativos.Y tenemos derecho a tener dudas.Ningún Santo que se precie -que ha vivido de lleno nuestra humanidad- se ha librado de ellas- ni siquiera el Hijo- cuando en la Cruz dudó que su Padre le había abandonado.
Esa es la fe que se abre paso en libertad , sin imposiciones ni dogmatismos, pero es la que en Jesús muerto con pleno amor y luego resucitado nos indica el camino a vivir en plenitud .Que nada de lo que nos hace auténticamente humanos quede dejado de lado con el vértigo que los oligarcas quieren imprimir a la ciencia para provocar cambios que casi siempre favorecen con exceso a unos pocos que tienden a hacerse como dueños y directores del destino del mundo.
Ante un mundo tan impositivo y desigual como el que se nos ofrece, tendremos que oir mas veces las palabras del
resucitado cuando nos previene diciendo: “vosotros no seáis como los grandes y poderosos del mundo (=a menudo promotores de guerras como vemos) que oprimen y roban y matan”. Vosotros sed como el que sirve y el último de todos “Mt 18, 1ss).
Canto: “Donde hay caridad y amor, alli está el Señor”