COM BOUS AL CARRER (Como toros sueltos en la calle)

Mt 11,28-30
Hay que ver “bous al carrer” para entender -como metàfora de nuestra vida -còmo andan los toros y vaquillas cuando van sueltos por la calle sin tener claro hacia donde ir; nerviosos y alterados y arremetiendo contra todo estimulador de turno que ni siquiera tiene arte ni es torero. Sólo leve descanso encuentran cuando se juntan con otros de la manada. Pero ni solos ni juntos saben a donde van, así que dando vueltas y vueltas no encuentran reposo ni descanso.
Y en ese andar y correr sin sentido y con quebrantos he aqui que aparece la figura del manso. Es imponente porque es grande y da seguridad a todos. Sin embargo no es agresivo ni se impone por la fuerza. Sabe estar para acompañar y orientar desde la humildad la obediencia y el autocontrol.. A una señal con la esquila y cuando los haya congregado a todos echarà a andar delante del ganado y los llevarà a la puerta del corral donde por fin van a encontrar el descanso del ajetreo callejero y el pienso para recomponer el cuerpo desgastado y maltrecho .
Estamos en tiempo de post-dana y recien celebramos en Valencia catedral con el obispo Enrique Benavent la Misa Funeral por los doscientos veintitantos valencianos muertos y desaparecidos cuarenta dias después , pero aun así al agobio y estrés por los truculentos hechos y las culpabilizadoras palabras de nuestros politicos de turno alterados sin remedio , se une el estresante estímulo de nuestro ser mas íntimo e inseparable: nuestro movil “consorte”.
¿quien podrá librarnos entonces de super-estimulacion tan desequilibrante? Y hoy escuchamos con la voz del Maestro el secreto de su imponente atractivo: el Hijo del Hombre se ha hecho manso y humilde de corazón para que con El , por El y como El adquiramos el auténtico dominio sobre la tierra.
“Bienaventurados los mansos y humildes de corazón porque ellos poseerán la tierra” (Mt 5, ….)
Canto: Oh Señor, envia tu Espiritu que renueve la faz de la tierra”.

LA ACTITUD DEL BUEN PASTOR CON LA OVEJA PERDIDA

El papa Francisco nos hace una reflexión desde la oveja perdida que somos a menudo cualquiera de nosotros …..
Mt 18,12 “La oveja se ha perdido porque tenía el corazón enfermo y huye para alejarse del Señor, para saciar esa oscuridad interior que la lleva a la doble vida. La doble vida de muchos cristianos también con dolor, podemos decir sacerdotes, obispos…
Y frente a ello vemos la actitud de Jesús con Judas, la actitud del Buen Pastor con las ovejas perdidas. Este es el feliz anuncio que nos trae la Navidad y que nos pide vivir esa sincera alegría que cambia el corazón, que nos lleva a dejarnos consolar por el Señor y no por los consuelos que buscamos para desahogarnos, para huir de la realidad, huir de la tortura interior, de la división interior”. P. Francisco (2.016)
Oración: Señor, cuando yo sea esa oveja que escapa de tu redil, corre en mi búsqueda y cárgame sobre tus hombros. Qué consuelo más grande es saber la voluntad del Padre: que ninguno de tus pequeños, y yo lo soy, se pierda.
Aquí está nuestro Dios que llega con fuerza (Is 40,9-10)
Canto:”El Señor es mi fuerza, mi roca y salvación.”