PUEBLO INSATISFECHO O INSATISFACTIBLE?

Jesús comparaba a los hombres de su generación que no se satisfacían ni con cantos fúnebres ni con cantos gozosos,vamos, ni con el estilo de vida de Juan más austero, ni con el estilo de vida de Jesús más libre y alegre… y algo así está pasando con nosotros en el Occidente de tradición y base cultural cristiana. Desde instancias superiores se ha promovido la crítica despiadada a la propia religión católica que frenó en España de la mano de los reyes católicos la invasion judia y musulmana. Ha minusvalorado la gesta de los pocos soldados y misioneros que zarparon a la conquista de America y allí dejaron importantes bienes como nuestra lengua, religión , templos y universidades etc ..y valora poco nuestro pueblo el freno puesto al comunismo domesticado y relegado a convivir como partido en nuestras democracias . Pero el mayor daño que ha sufrido globalmente nuestra cultura occidental viene de lo que ya profetizó Nietsche al decir “Dios ha muerto” que es tanto como afirmar que todo valor transcendente presente en el hombre ,espíritu o alma y vida eterna y Dios quedan descartados de la vida social. Benedicto XVI fue certero al decir mejor “vivir como si Dios existe “y más aún enfatizó el grave problema moral en que hoy vivimos : el relativismo en el cual no hay una instancia superior a los sentimientos que den consistencia a la razón , el Yo espiritual o la conciencia y con ello los valores ya no apuntan a trascendencia alguna sino que enraizan en el ego mas materialista y egocéntrico.
Las neuróticas redes aportan su fuego al destrozo social de ideales y es de esperar que los viejos rescoldos de fe autentica y curtida en la vida, vuelva a reanimarse. Hay síntomas en nuevas espiritualidades que se afirman sobre todo en Cristo y las grandes tradiciones religiosas cristianas y puede que ayuden a una mayor toma de conciencia de nuestro yo espiritual, de la urgencia de una conversión o mayor acercamiento a Dios superando esa vivencia de la religion mas callejera , cultural y sentimental. Y parece imponerse un espíritu agustiniano de vuelta a Dios como principio y fin de nuestro existir.
Canto: “Nada te turbe”