DIOS, PADRE QUE SIEMPRE NOS ESPERA

Mt 13,47-53
Con la parábola de la red que recoge toda clase de peces y sólo al final se separan los buenos de los malos, Jesús nos dice en parábola que el juicio sobre la bondad o maldad de una persona, sobre su salvación o condenación, debe quedar sólo en manos de Dios y El ejercerá ese juicio al final de nuestras vidas. Con ello Jesús está manifestando la paciencia infinita que nos tiene hasta el extremo de no querer juzgarnos – ni menos con carácter condenatorio, en vida. Las palabras de Jesús dichas al buen ladrón ( Lc 23,43)en respuesta a la peticion de acordarse de el cuando llegars al paraiso: “hoy estarás conmigo en el paraíso” confirman que para Dios “mientras hay vida hay esperanza” de salvación para el hombre.
Esta actitud de máxima esperanza hacia el hombre mientras viva es la que está en la base de nuestra cultura occidental de abolir la pena de muerte y de aplicar las penas con carácter medicinal y no como castigo o venganza.
Oracion:Ayudame Señor a hacer tu voluntad y no la mia. Y ayúdame a esperar en los demas como quiero que esperes en mi.”
Canto:”Si, me levantaré, volveré junto a mi Padre”

SOLO TÚ TIENES PALABRAS DE VIDA ETERNA

Mt 13, 44-46
Moisés bajaba del Sinaí con las Tablas de la Ley después de hablar con Dios y aunque no se daba cuenta su rostro estaba radiante. Y todos lo percibían.
Así también dirá Jesús en parábola que el que ha captado la profunda verdad del Reino que Él nos trae se parece a aquel que descubre un tesoro escondido en un campo y vende todo lo que tiene para comprar ese campo. O el comerciante en perlas finas que cuando descubre una de gran valor vende lo que tiene y se queda con aquella perla.
Ambas parábolas nos hablan en metáfora de ese choque o golpe o eureka que recibe el que encuentra por fin lo que buscaba aun sin saberlo. Es la fuente de agua que sacia toda sed. O la sabiduría que sacia toda inquietud por conocer. El anciano Simeón la vio en el recién nacido hijo de María a quien tuvo en brazos y se alegró “infinito” porque sus ojos de anciano vieron en El – por fin – la Salvación: luz para alumbrar a las naciones y gloria de su pueblo Israel”.
El que busca la verdad en los caminos de la fe echa de ver que el fulgor que brillaba en el rostro de Moisés era por la luz que irradia la Ley de Dios como ley de vida . Pero los que logran “ver” el tesoro y la perla que es Jesús están viendo el propio AMOR que es Dios hecho carne en Jesús. EL resume toda nuestra necesidad de Salvación. El es principio y fin de nuestro existir.
Canto: “El Señor es mi fuerza, mi roca y Salvación”.