SANTA PACIENCIA

Mt 13, 24-30
El evangelio del trigo y la cizaña nos recuerda que desde que nacemos se pone en juego nuestra libertad escuchando las inspiraciones del bien pero también las del mal .
El trigo y la cizaña suelen crecer juntos y están fuera pero tambien dentro de nosotros porque la decisión última de hacer el bien o el mal depende de nosotros. Y esto es así porque Dios nos quiere libres. Esta es una prerrogativa divina. El Evangelio, entonces, nos está invitando a actuar con una exquisita tolerancia: no debemos precipitarnos en juzgar sino que debemos dejar que el juicio de salvación o condenación lo realice solo Dios y ello al fin de los tiempos. Y mientras tanto nuestra sabia tradición nos aconseja:”sufrir con paciencia las debilidades del projimo”.
Canto: “El Señor es la meua força”.