SEMILLAS FECUNDADAS POR EL ESPÍRITU.

Mc 4, 26-34
Al elegir Jesus las semillas de trigo y de de mostaza como parábola del Reino que Él venia a establecer estaba haciendo un monumento al quizás mayor prodigio conocido en la tierra y en todo el cosmos : el misterio de la vida concentrado en un diminuto ser de perfeccion tal que roza el infinito por sus capacidades implícitas de alimentarse, crecer , sentir y replicarse.
Pues bien, la semilla de trigo y la semilla de mostaza los presenta Jesús para significar que la palabra de Dios acogida por el hombre como la tierra cuando se prepara para la siembra , va a ser capaz de alumbrar en si mismo el Reino de Dios . La Palabra aceptada con fe por obra del Espíritu en nosotros es la que nos convierte en semillas del Reino al asentar o fundamentar nuestra vida toda en Dios como principio y fin. Así es como Jesús espera que inicie en el interior del corazón humano el Reino de Dios con todo su potencial.Primero despertando un entusiasmo único que le hace preferirla por sobre toda otra sabiduria y en segundo lugar porque vivir con la sabiduria de Dios es promesa de frutos como la mostaza que se va a hacer un arbusto tal que los pájaros van a anidar en sus ramas…pero siempre y en la medida que se interioricen los valores del Reino y que Jesus nos va apuntando en el Sermon del Monte y Bienaventuranzas (Mt caps 5,6,7).
Una asidua lectura y reflexión -meditacion sobre estos capítulos nos llevará a amar la palabra de Dios ,al propio Jesús y a amar en definitiva la voluntad de Dios.
Esta sería como la primera piedra para la construcción de una personalidad cristiana asentada sobre los valores del Reino y que la Iglesia como maestra nos sitúa en los llamados sacramentos de Iniciacion : Bautismo, Penitencia , Confirmacion y Eucaristia que inicia en nosotros cuando tomamos conciencia de que somos hijos de Dios y lo rubricamos y celebramos cada vez que en la Eucaristia de la comunidad cristiana rezamos el Padrenuestro.
Canto: “Tu Palabra me da vida confio en Ti Señor”.