LOS MANSOS POSEERÁN LA TIERRA”.


Mt.5,20-26
Jesús ha dicho en las bienaventuranzas que “los mansos poseerán la tierra”. Y para entender esta expresión hay que ponerse trascendente metafísico y radical porque ¿hay alguien que pueda sentirse realmente dueño y poseedor no ya de las cosas sino de su propia vida eternamente? Sí ,pues todo es temporal, buscar apropiarse esclavizar ,abusar del mundo no es aberrante y suicida?Los que leemos la Biblia sabemos que Dios lo quiso para nosotros como un jardín para cuidarlo y disfrutar y esa actitud está en las antípodas de ejercer violencia para conquistar o colonizar bienes de este mundo . El mundo y nosotros lo que necesitamos es cuidado y cariño admirativo.
Sin embargo del corazón del hombre actual está naciendo mucha ira.La indignación por las fechorías que se observan en la vida pública en las redes y en la política dispara auténtica ira que puede desencadenar múltiples males cuando se dirige sobre todo a personas .Jesús aquí nos está diciendo que jamás debemos recurrir al insulto a personas más aún que debemos buscar la reconciliación antes de presentar la ofrenda en el altar. Y si la ira y cólera lleva a tantas acciones delictivas es para pensar que hemos de recurrir a la NVA(no violencia activa) para afrontar en debida forma (con respeto siempre a las personas y odio solo a las acciones delictivas).
Los mansos según el Evangelio son los que deponen toda ira o gesto de violencia controlando ese temible impulso que nace cuando se siente el sujeto amenazado , y buscar por todos los medios el dialogo razonable que desarme toda violencia o ira propia o ajena . Sirvanos como ejemplo el propio Jesús cuando siendo abofeteado y escupido pide al soldado una razón de su actuar diciéndole: “si te he ofendido dime en qué y si no por qué me pegas?”Jn 18,23.
Y es que responder con alteración propia debido a la ira o deseo de venganza etcétera… perjudica más al propio actor de esos sentimientos descontrolados que al potencial ofensor, e incapacita al que vive esos sentimientos extremos a vivir la paz capaz de disfrute de la tierra y de las relaciones humanas.
Es tiempo de cambios y más que nunca necesitaremos de la paz de Jesús el Príncipe de la Paz. Paz que no se consigue preparándose para las guerras ,ni para los enfrentamientos sino desarmando el corazón de toda ambición de dominación abusiva y posesión innecesaria.
Canto: “Paz ,Señor en el cielo en la tierra”.

SEGUIDORES DEL CRISTO DE LAS BIENAVENTURANZAS


En Mt 5,17-19 Jesús dice a aquellos que le han oído predicar las Bienaventuranzas y actuar enzarzándose a menudo en discusiones con los sacerdotes, con los escribas doctores de la Ley  sobre el Culto, el templo y la Ley: “no he venido a abolir la Ley (de Dios) y los profetas, sino a llevarla a plenitud”.
Entender esto es de la mayor importancia porque de una parte Jesús continúa diciendo que todo lo dicho antes de Él, en el Antiguo Testamento, es tan importante que el que se salte uno de los preceptos menos importantes y se lo enseñe así a los hombres será el menos importante en el Reino de los Cielos, pero quien lo cumpla y enseñe será grande en el Reino de los Cielos”.
Vale, pues, todo lo enseñado en el Antiguo Testamento condensado en los diez mandamientos y en las enseñanzas de los profetas. Hay que entender entonces cómo alcanzar esa plenitud que propone Jesús y cuál es el horizonte al cual debe apuntar todo en nuestra vida.
Y si Jesús es el enviado del Padre y lo que hizo en vida fue establecer entre nosotros el Reino de Dios, reuniendo y restaurando y construyendo un Pueblo de Dios en torno a su persona, parece lógico pensar que toda esa humanidad a la que Jesús reúne y le sigue son y constituyen ese Pueblo de Dios. Pueblo que nace con aquellos primeros discípulos y Pedro y que va a predicar a Jesús y su Reino. A partir de Jesús, pues, el centro y horizonte es el Reino tal como lo vivió y predicó Jesús. Un Reino que está aquí en germen y que hemos de llevar a plenitud. Así la Iglesia quiere ser ese pueblo o familia reunida por Jesús que predica y establece su Reino y en su universalidad quiere acoger a todo lo que entra en sintonía con Jesús para hacerlo partícipe de su Reino.
Lo que ha ocurrido con Jesús hace dos mil y tantos años es algo nuevo: con Él ha amanecido una humanidad nueva que pretende gobernar su vida con el mismo Espíritu de Jesús que vivió para establecer el Reino de Dios en la tierra. Y trazos de Él se van percibiendo en cuantos unidos a Jesús viven las bienaventuranzas. La misma Iglesia católica y todas las iglesias llamadas cristianas cumplen esa función de predicar a Jesús y establecer su Reino. A ellos les llamamos hermanos (separados) y sería deseable que lo fueran por corto tiempo. ¡Es demasiado lo que nos une!
Canto:”Un solo Señor”